miércoles, 29 de febrero de 2012

Caminos de ella... de la vida

Si miro atrás y observo el cuadro entero de mi vida, puedo ver desde la perspectiva del momento actual que todos y cada uno de los aspectos de ella han sido necesarios y perfectos. Cada paso conducía a un lugar más elevado, aun cuando estos pasos parecieran a menudo obstáculos o experiencias penosas. Como decía Henry Miller: "No hay que ordenar el mundo, porque el mundo es la encarnación del orden. Somos nosotros quienes debemos ponernos al unísono con ese orden".

Empieza a reconsiderar toda tu experiencia vital y verla como un viejae hacia una mayor conciencia. Te propongo un modo sencillo de hacerlo, imaginando la vida como un viaje de tres caminos (cada hombre circula por alguno de ellos):

·Camino a través del sufrimiento
El individuo se pregunta... "¿Porqué a mí, Dios mío?" cuando ocurre algo doloroso y difícil. Pasado un tiempo, cuando te recuperas, serás capaz de girar la cabeza y decir: "Ahora sé por qué tuve que pasar por esa ruptura", y verás, con ayuda de la visión retrospectiva, que ese hecho te ha permitido avanzar y pasar a otra experiencia vital importantísima. Debías pasar ese dolor a fin de trascenderlo, según tu perspectiva de mirar atrás.
Este patrón lo sufren muchas personas a lo largo de su vida, y puede ocurrir en cualquier área o campo. En definitiva, su experiencia consiste en aprender a través del sufrimiento; y parece que nunca reciban el mensaje que nos dice que la vida nos hace exámenes y que, a menos que aprendamos de nuestros errores, estamos condenados a repetirlos.

·Camino a través de los resultados
Aquí, desarrollas en tí el conocimiento que dice: "No hay accidentes, todo lo que se experimenta es de algún modo necesario." En lugar de preguntarte "¿Por qué a mí?", empiezas a preguntarte: "¿Qué hay en esta experiencia que yo pueda utilizar para mi beneficio?"
Este camino es muy distinto, porque cuando la mente está concentrada en lo que se puede aprender de una experiencia, no se regodea en pensamientos que conduzcan al sufrimiento. Dicho en pocas palabras: Eres más positivo.
Aquí se encuentran las personas con objetivos, concentradas en derechos y ambiciones. Vivir para los resultados es muy superior a vivir el sufrimiento, porque nos da sentido a la vida. Cuando, estas personas, logran sus resultados, buscan resultados nuevos y más grandes. No obstante, sigue faltando algo                                            









·Camino a través del propósito
"Nada puede ayudar más a una persona a superar o soportar los pesares que la conciencia de tener un propósito en la vida" Victor Frankl.
Viaja hasta la infancia. Si eres sincero, descubrirás que cada experiencia de tu vida era absolutamente necesaria para conducirte al punto siguiente y luego al siguiente, hasta este mismo momento. Echa un vistazo a tus experiencias vividas, malas y buenas, horribles y sublimes, empezarás a saber que corre por el interior de tu vida física una especie de fuerza invisible que lo conecta y une todo. En algún lugar de ello, hay un sentido. Tu mente racional te dice que hubo un instante en que fuiste concebido. Un instante en que, por la razón que fuera, pasaste de lo que llamamos la nada a "el algo".
Yo sugiero que tu presencia en el mundo de la forma tiene una gran misión y que puedes descubrir y empezar a pensar, a sentir y a comportarte de acuerdo con esa misión.
Yo, Wayne W.Dyer, he descubierto que fui concebido allá en 1939. Conozco mi gran misión y el sentido que yo le doy. Mi propósito me ha sido revelado a través del proceso de la meditación. No me importa como puedan ver los otros mi conducta al dar un propósito a mi vida.
Tener un propósito en la vida, descubrir que el propósito tiene que ver con el amor incondicional, y el servir el contacto con lo que está siempre a nuestro alrededor, altera de manera espectacular nuestar visión del mundo.
Cuando vas más allá de los resultados en la vida ves que no te preocupa lo que ésta pueda depararte. Dejas atrás el éxito, el logro como indicadores de la misión de tu vida y, en lugar de ello, vives cada no de los momentos con plenitud y amor. Las posesiones materiales dejan de dominar tus pensamientos, lo cual no quiere decir que desaparezcan (aparece la generosidad incondicional). Alcanzas una sensación de alegría y armonía interiores al saber que estás cumpliendo tu razón para estar aquí. No te cuestionas ya el sentido de tu vida. Sabes que todo cuanto haces, está en sincronía con la obra de Dios.

"Los muchos deseos del hombre son como las monedas de metal que lleva en el bolsillo. Cuanta más tiene, más lo abruma su peso"


No hay comentarios:

Publicar un comentario