Mudéjar y Mogador,
camina a la Medina el bereber,
las suntuosas dunas
se van quedando atrás.
En tierra de especias y aromas,
sardinas y moscas,
se yergue la ciudad de los gatos:
abundante es Essaouira.
¿El regateo? Un gran jaleo,
inajustable balanza entre dos almas
que luchando por su causa
ceden en lo humano y hermano
Y las melódicas gaviotas
mitigan mi paseo
ensordeciendo el bullicio de las calles;
acentuando la belleza de las moras.
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