martes, 12 de febrero de 2013

domingo, 20 de enero de 2013

2 distintas concepciones:

A rasgos generales, la música es la más trillada de las manifestaciones artísticas. Ahondamos en ella para crearnos ilusiones en forma de proyectos musicales, maneras de ver la vida o simplemente para usarla como vía de escape, dando rienda suelta a nuestras emociones y sanando nuestro interior.
Lo que está claro es que en el arte podemos contemplar dos máximas:
Energía, que se identifica con un arte de disfrute, de espontaneidad, de rebeldía, e incluso de locura .
Y por otro lado, Armonía: prefiere un producto erúdito, más complejo, perfecto e intelectual.
Todo músico debe ser capaz de diferenciar ambos puntos, que sirven como pilares para conformar los distintos géneros musicales. Lo mejor será recurrir a ejemplos:
Si hay que pensar en una música ligada a la energía, con tintes de desobediencia y asociada a la juventud, no hay que darle muchas vueltas: el Rock cumple todas estas condiciones, y es considerada la corriente musical más revolucionaria de todos los tiempos.
En cuanto a la armonía en la música, para escoger un buen ejemplo identificado al elitismo y la reflexión, que estudie más a fondo el campo musical: el Jazz es la opción ideal.
Distintos estilos musicales. Ni mejor ni peor; diferentes formas de hacer “sonar” tu instrumento, dos extremos de la balanza. Y en medio el artista, que dependiendo de su apertura musical y gusto, usará en mayor o menor proporción cada concepto.

Una bellísima definición de Armonía:


 Y esto es lo que yo llamo ENERGIA:
                                         

sábado, 19 de enero de 2013

Anhela...

Contaba el avispado Charles Baudelaire que el hombre llegado a cierta edad de madurez se encuentra con un nuevo tipo de angustia; una ansiedad no sufrida antes: El anhelo del ser. Este anhelo conforma un conjunto de inquietudes muy profundas, consideradas vicios. Se le crea al hombre la necesidad de llevar a cabo una serie de vicios que le acompañan y rigen su vida. Unas personas lo aliviarán con la comida. Otras necesitarán el sexo a toda consta. Las habrá que se vuelquen en los demás y tiren de las relaciones sociales para satisfacerlo. También, por supuesto, las drogas regirán a muchos y se liberarán así de su anhelo. En cambio, otro grupo de personas sentirán una atracción especial por la manifestación de lo inexpresable, que emana de nuestro interior; son adictas al arte, lo necesitan, y su vida girará entorno a él...

                                                               

jueves, 18 de octubre de 2012

“Yo no levanto el brazo ni aunque me lo pida el mismísimo Franco”

Esto es tremendo. La voluntad en persona:


"Lo nunca visto. El caso más portentoso de reformación humana mediante la voluntad. La artista sin brazos, ni los tiene ni los necesita. Es tiradora al blanco. Toca piano, violín, acordeón y xilófono. Es profesora de caligrafía. Es una excelente mecanógrafa. Juega al billar y a cartas. Conduce un automóvil con la ayuda de sus pies. Hace caricaturas de uno del público. Hace toda clase de labores propias de su sexo: corta, enhebra una aguja, cose...”. Así se anunciaba en 1933 la actuación en un teatro de Lleida de Regina García López, La Asturianita. Una mujer excéntrica con una vida de película, a la que republicanos y franquistas encarcelaron por el mismo delito: espiar para el bando contrario.
Regina García, segunda de ocho hermanos, había nacido en 1898 en Valtravieso, una aldea asturiana de 25 casas y 63 habitantes. Un accidente en el aserradero de su padre cuando tenía nueve años le arrancó los dos brazos. Un asturiano que se había hecho rico en Argentina se ofreció a pagar su educación en el Colegio del Asilo, donde iban los hijos de las mejores familias de Luarca. Más tarde, propuso a sus padres adoptarla y llevársela a Buenos Aires, pero estos no aceptaron. Incluso contrató a un especialista alemán para que le implantara unos brazos mecánicos. El experimento no funcionó.
Cuando Regina cumplió los 15 años le dijeron que tenía que dejar sitio a otra niña en el colegio. Para entonces, había decidido que quería ser maestra. “La gente le decía '¿pero cómo vas a ser maestra sin brazos? ¡Olvídate! Duerme, come, reza”, relata su hijo Marcelino, de 86 años. “Poco después intentó suicidarse tirándose desde un acantilado”. Aquel día vio, en el camino de regreso a casa, a unos titiriteros con monos que cogían cosas con las patas. “Mi madre pensó: 'Si ellos lo hacen, yo también'. Y empezó a ensayar haciendo garabatos con los pies. Pensaron que estaba chiflada”. Fue la primera vez que la dieron por loca. La primera de muchas. Pero Regina iba a recorrer el mundo y a hacerse rica con aquella locura.
Debutó en el Teatro Jovellanos de Gijón, actuando para la infanta María Teresa de Borbón en 1917, y durante los años siguientes visitó 42 países de gira (Turquía, Egipto, Brasil, Argentina, Venezuela, EE UU...) con su espectáculo, siempre en teatros. Nunca quiso actuar en circos. En 1933, según recoge María Teresa Bertelloni, su nuera, en la biografía Regina García López, La Asturianita, fue recibida por el presidente Roosevelt en la Casa Blanca, adonde llegó, como era costumbre en sus actuaciones, conduciendo ella misma con los pies. El presidente estadounidense le tendió instintivamente la mano y La Asturianita le ofreció el pie.
En una de sus actuaciones, en Avilés, Regina conoció al que sería su marido, entonces, un admirador. Se casaron en 1922 y tuvieron tres hijos: María, Marcelino y Juan, este último nacido en mitad de una gira, en un barco de bandera alemana en aguas de las Azores. En 1928 se separaron. “Mi madre tenía una personalidad arrolladora. Era un cerebro y los hombres en aquella época querían ser tutores de las mujeres”, explica Marcelino. “Lo mismo que le atrajo de ella fue lo que les separó. Tengo la impresión de que mi padre se sentía desbordado por ella”.
El 27 de marzo de 1936, antes de comenzar una actuación en un teatro de Luarca, Regina quiso hablar de sí misma: “Los niños huían de mí... Obtuve las primeras revelaciones de la compasión, que hiere, que humilla. Las gentes derramaban sobre mí sus miradas piadosas. '¡Pobre manquina!', decían. '¡Y para los suyos, qué carga!'. Esto amargaba mi espíritu. Con la voluntad hecha acción, aprendí, trabajé, gané, gasté, soñé, amé y realicé, porque dentro de mi cuerpo mutilado está el alma de una mujer de cuerpo entero...”. Y a continuación, presentó su gran proyecto, Selección, con el que pretendía recaudar fondos en sus giras para pagar los estudios a chavales de aldea sin medios pero con aptitudes.
Recibió muchas críticas por aquel proyecto, como recoge Luis González Fernández en Regina, el coraje de una mujer (Madu ediciones). El semanario La Democracia arremetió contra ella por pretender educar a los niños “sin Dios”. La Voz de Asturias la elogiaba: “Es excepcionalmente culta y siente inclinación fervorosa hacia la enseñanza (...) No veáis en ella el número de varietés, ved en ella a Regina García, altruista, filántropo, apóstol”.
Es verdad que Regina era muy culta. Hablaba cinco idiomas: portugués, francés, inglés, alemán e italiano. Por eso el encargado de información del Ministerio de la Guerra, Ángel Pedrero, le propone trasladarse a Francia para espiar para la República. Regina se niega. Había llegado a Madrid poco antes de que estallara la Guerra Civil con un contrato en La Zarzuela para recaudar fondos para los niños de Luarca. Y en abril de 1937 es encarcelada en la prisión de Ventas, acusada de espiar para los franquistas.
Al caer Madrid en manos del bando nacional, el 1 de abril de 1939, Regina sale de la cárcel. Pero por poco tiempo. Para celebrar su libertad, decide ir al cine. Llevaba un vestido-capa que disimulaba su defecto y al terminar la película fue la única que no hizo el saludo fascista. “¡Brazo en alto!”, le gritó un falangista. “Yo no levanto el brazo ni aunque me lo pida el mismísimo Franco”, contestó. “Pues queda usted detenida”. El episodio lo cuenta ella misma en su diario y lo recuerda bien Marcelino: “Mi madre no se callaba nunca. Protestaba sin medir las consecuencias. Era muy temperamental”. Regina terminó mostrando al falangista que no tenía brazos y explicó que acababa de salir de la cárcel, donde la habían metido los republicanos. La dejaron marchar, pero ella vería varias veces a aquel falangista espiándola. Poco después, el Régimen le pide que colabore como soplona. Regina también se niega esta vez y es encarcelada de nuevo, ahora por los franquistas. La prisión de Ventas es ahora un penal abarrotado en el que ingresan cada día entre 80 y 100 reclusas, según recoge González Fernández en su libro. Durante su estancia será trasladada varias veces al psiquiátrico. Ella misma explica en su diario que tenía alucinaciones. “Voy perdiendo la noción de todo y los ruidos en mi imaginación son completamente distintos a lo que deben ser...”. El 5 de agosto de 1939, Regina oye llamar a 13 compañeras que serán fusiladas esa madrugada y pasarían a la historia como Las 13 rosas.
El 3 de marzo de 1942 se celebra su juicio. “Llevábamos seis años sin ver a mi madre y casi no llegamos ese día porque a mi tío le parecía un capricho gastar el dinero en que viajáramos a Madrid para el juicio”, recuerda Marcelino, que entonces tenía 16 años. El que no estuvo fue su marido.
El juicio dura ocho horas. Tres agentes franquistas la acusan de crear “una vasta organización internacional calificada por ella como Selección, de corte masón”. Falange dice que es “bastante peligrosa”. La policía militar de Madrid la considera, sin embargo, “afecta al glorioso movimiento nacional y políticamente de toda confianza, habiendo estado presa con los rojos la mayor parte de la guerra y adquiriendo su libertad el mismo día de la liberación de Madrid”. La Guardia Civil de Luarca advertía: “Muy propagandista del comunismo. Es peligrosísima para la causa ya que por su cultura se desenvuelve con mayor facilidad”. Y en el informe de Sanidad Militar se lee: “Habla en tono autoritario. Aunque perfectamente lúcida, sus contestaciones se desvían enseguida del tema principal a asuntos accesorios de que ella quiere hablar. Niega las sospechas que pesan sobre ella como espía internacional y dice que es víctima de una intriga. Los médicos que suscriben opinan que padece una parafrenia sistemática”. El fiscal pidió para ella la pena de muerte por “prestar servicios como confidente a las órdenes del subnegociado de servicios especiales del Estado Mayor Rojo”. Finalmente, fue absuelta por loca, pero enviada a un psiquiátrico.
Un año después, Regina seguía recluida en la sala de dementes de un hospital. Y allí murió el 19 de mayo de 1942. Su abogado llegó un día tarde: el 20 de mayo de 1942 pidió que le dieran la libertad total.
Los franquistas se incautaron de todos sus bienes. Marcelino cree que su madre no murió de tifus, como le dijeron, sino que fue envenenada. “En su diario había dejado escrito que temía por su vida”, explica. “No estaba loca, pero no era una mujer corriente. Yo la admiraba muchísimo, como si no fuera mi madre. Me parecía infalible”."
Regina García tenía 44 años el día que murió. Le había dado tiempo a recorrer el mundo, a enamorarse, a ser madre, a demostrarle a todos que podía hacer mucho más que comer, dormir y rezar.
Dios la bendiga...

viernes, 21 de septiembre de 2012

FIN DEL SUEÑO OLÍMPICO


La primera vez. Siempre se aprende de ella, de una manera o de otra. Hay una primera en todo: primera gamberrada, primer salario, primera borrachera... Hoy acontece mi primer despido, Despido con mayúsculas.
Aguantar la mirada a la arpía amargada de tu nueva jefa durante dos semanas iba a generar mucha, demasiada tensión acumulada. La sargenta únicamente te dará "sus" buenos días con un rápido giro de muñeca, contando los minutos que llegas tarde y usando un tono de voz que sobrepasa lo respetable (llegando puntual, ni lograrás hacerla levantar la cabeza de su escritorio). Contempla al personal como si de escoria se tratase, le queda demasiado grande el esbozo de una sonrisa. Ten el valor de enfrentarte a esa persona, ponerla en su sitio y eso te hará conservar la dignidad, que es lo que tiende a pisotearte ella a diario. Haz justicia y perderás el valor económico; pero te sentirás agusto, y eso es lo importante en la vida. ¡Tres hurras por ella!
Podría haber aguantado, haber callado y darla falsamente la razón. Pero mi valor como persona, mi entereza y yo, nos habríamos visto mermados.  Disminuido de cara al futuro, acobardado. Donde una puerta se cierra, otra se abre. No hay mal que por bien no venga. ¡Tres hurras por ella!
Así vamos, ganando experiencia y puliendo nuestros actos a través de choques emocionales con los demás. La mente estancada, el corazón hierve en vena y mi mentón se tambalea. Y esque, aguantar a un/a superior en el terreno profesional es correcto, pero nunca en lo personal.
Cueste lo que cueste, que nadie te haga sufrir por eso, no lo mereces.

sábado, 18 de agosto de 2012

Cardyland


Ya un año desde que grabamos para Cardyland; por mi camarada Omid.
Canción que suena fresca, joven, mientras fusiona corriente anglosajona y latina. 

 Formar parte de Ciudadanos del Mundo dentro de este video fue de los mejores recuerdos que me dejó Madrid. Que buen royazo, que gente, que química entre unos  y otros...

sábado, 30 de junio de 2012

"...Y bueno, llevo unos días que mi cabeza no para de darle vueltas a todo, y el ritmo de  vida tampoco está ayudando mucho. El miercoles grabando fuera de Londres esos videoclips que fueron 9 horas, el jueves clases 8 horas y luego visita al indú a seguir escribiendo cosas (esto es lo más relajante sin duda), hoy trabajo otras 7 horas en Wembley, 4 días seguidos sin comer en casa. Por suerte, la relajación siempre ayuda bastante, y el libro que me disteis también, pero no sé hasta que punto... porque todo eso que cuenta acerca del modelo de la espiritualidad, yo veo que si lo pones en práctica en el día a día, esta sociedad es demasiado agresiva y se queda en poco. Pero esque hay más... tengo demasiados cambios de humor ultimamente, no se que me pasa que a cualquier contratiempo mi mente lo ve negro, doy demasiadas vueltas a las cosas, la competitividad que aquí se respira por todos los lados, me axfisia... y por si fuese poco, cuando necesito ayuda con algo como lo del dinero del banco esta mañana, resulta que tienes que entendertelas con un payaso que se limita a hablar en voz baja, sin esforzarse por ayudarte lo más mínimo... y que solo cambia de actitud cuando yo ya reviento y le digo las cosas a voces tal y como son, sin importarme los modales o apariencias.
Yo tengo la impresión de que hay algo genético en todo esto. Alguna vez me has dicho que tuviste una época malísima de tener que ir a un psicólogo, no? Cuéntame más de ese periodo, porque yo veo que cada día que pasa parece que me trastorno más.
Todo esto no me había pasado antes, hasta hace poco... nunca me propuse hablar de estos pensamientos o emociones.
Asique, resumiendo, no es que yo no sea feliz ni mucho menos, porque estoy muy a gusto con lo que hago. Pero es simplemente... que parece que mi mente tienda a ponerle obstáculos a todo, muy perversa. Cuando surge un contratiempo, ella automáticamente lo ve engrandecido respecto a lo que en verdad es, luego yo ya le puedo poner la lente positiva al asunto y suelo salir bien parado. Pero mi cabeza actúa siempre igual, y eso es agotador..."
Junio de 2012, fragmento de una carta.
                                      Un buen amigo, hablando de la locura en uno de sus temas...